
Han pasado más de 289 años de que la inquietud de Alfonso María de Ligorio se cristalice en la fundación de un instituto religioso dedicado a evangelizar a los más abandonados de su tiempo: la Congregación del Santísimo Salvador aquel 9 de noviembre de 1732 (que después será del Santísimo Redentor en 1749). En 10 años, Dios mediante, se celebrará ya su tricentenario y, a lo largo de toda su existencia y expansión por casi todo el mundo, ha ido definiendo, de acuerdo con los condicionamientos de todos los tiempos y con ese mismo celo apostólico eclesial y alfonsiano dialogado y expuesto en los numerosos capítulos generales y (vice) provinciales, los sujetos a los cuales se siente enviada. Han existido, pues, desde los comienzos, prioridades tanto de “interlocutores” como de “formas y métodos” mediante las cuales, se sigue siendo necesario llevar la Copiosa Redención de Cristo […]
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